El arte, en muchas ocasiones, está lleno de invenciones y sueños. Esos sueños viven en la memoria de la infancia y para Peter Callesen sus actuaciones a modo de un juego, existen en ese mundo infantil ya perdido, entre el sueño y la realidad. De la unión o confrontación de esas dos condiciones, como una forma de encarnar la utopía, es cómo nacen sus trabajos, muchas veces convertidos en tragicomedia. Desde luego, nos demuestra las maravillas que se pueden soñar y llevar a cabo con una sola hoja de papel, y como la imaginación despierta propósitos increíbles que no importa si alcanzan el éxito, porque la utopía reside en el camino de los juegos y no en la consecución de los finales.
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